viernes, 18 de julio de 2008

te quiero


TE QUIERO…


No preguntes por que te quiero.
Si al quererte, de amor muero.
Al morir en vida me desvelo
Y en la noche eres mi lucero.

Te quiero por que eres mío,
Por que eres cielo.
Por que si no te tengo
¿A quien quiero?
¿A quien le entrego mi cariño?
¿A quien me apego?
¿A quien le doy mi vida, mi cariño eterno?

Quizás te marches despacio en febrero,
Por la orilla del mar claro,
Templado y sereno,
Llevándote parte de mí ser melancólico, austero.

Y en este cuento de amor y desasosiego…
Susurrare al viento que te quiero…
Que te quiero,
Que te sueño
Y no te tengo.

si un silencio



Si un silencio

Si un silencio pudiera suplantar
Lo que el llanto hoy no silencia,
Ni una lágrima quedaría en existencia;
No existiría ni el lamento ni el llorar.

Si una sonrisa pudiera iluminar
El rostro inerte que divulga oscuridad;
Esta sala de tristeza y soledad
Menguaría los deseos de ansiedad.

Tanta ira, tanta cólera y furor,
Tanto sueño se hizo viento;
Tanta lluvia me azoto.

Tanta angustia por calmar; por expulsar;
Tantas risas contemplando mi marchar.
Tan vida pendiente por vivir,
Tantos sueños irresueltos por cumplir.

Si mirarte pudiera compensar
La gran pérdida que sufrió mi alma,
El lenguaje de tus ojos traería calma
Al viento que en mi mente no logra cesar.

Si tus labios le brindaran a mi piel
La miel y el calor que necesita,
Me darías el abrigo que tu cuerpo hoy no precisa
Darías final a este crudo invierno cruel.

Si el encanto de tu voz pudiera armonizar
La canción de la brisa y el murmullo del mar,
Habría una melodía vivaz en mi pensar,
Habría acordes resonando en mí vagar.

Si una vida no alcanzara para amar,
Cada forma, cada parte de tu ser,
Rogaría al dios vigoroso en poder,
Que el tiempo se detenga en tu mirar.

Si un suspiro no pudiera suplantar
Lo que el llanto hoy no silencia…
Tendré que recurrir a tu presencia,
Para esfumar de mi espíritu el llorar.

PALABRAS

Mis palabras ciertas recorren las rutas
De tus pensamientos,
Cuando inhalo letras…
Y exhalo versos.
Y en la altura infinita del relieve se oye
Mi canto incierto…
Y el eco del viento.
Mi boca expresa en vocablos indefinidos
Un mensaje inconcluso en el tiempo,
Y se pierde la gramática en tu aliento.
Son como gaviotas blancas y viajeras
Las palabras mías
Calmadas…ligeras.
Mis versos alegres
Liberan tus sueños
De la hipocresía, de los desacuerdos,
Del llanto nocturno y negro sin lucero,
De la mentira huérfana del que sin saberlo
Lastima a los otros y provoca encierro.

Mis palabras puras
Son suaves y tiernas;
Anécdotas dulces…
Con luz de luciérnaga.
Caricias que vuelan con alas ligeras,
Y risas que empañan ventanas
De los que viven con poca tristeza.


Mi palabra veraz…Ingresa en tu oído
Adormeciendo tu mente…
Recuperando los sueños perdidos.
Quiero que me escuches…
También que comprendas…
Que mis palabras no son falsas e inciertas…
Mas bien…son hermosas…lentas,
Y seguirán siendo claras…
Por más que oscurezca.

Espero…


Espero…

Espero que despierte la luna dormida,
Que salgan los grillos, y canten las sirenas.

Que el vacío nocturno…dispuesto a abrazarme,
Y los secretos ocultos que no han sido vencidos
Absorban mis penas.

Mis ojos ven amor…mi instinto lo sospecha,
Mi corazón confundido simplemente espera.

Percibo los aromas…el brillo de las luciérnagas…
Que Encierran mis sentidos, y a mi mente desconciertan.

Escucho tu voz… mi garganta se cierra…
Entiendo el mensaje que tus miradas enseñan.
Y el beso anulado, Y las luces que ciegan.

Todo espero, todo; Lo que estremece…lo que seca:
Tus caricias, tu indiferencia…Tus lágrimas, tu paciencia.

Y aunque puedo marcharme…Espero tu presencia.

SOÑANDO


Sueños

Hay sueños con caramelos…
y con exceso de dulzura…
Así como también sueños…
con cariño…con ternura.

Sueños con barriletes…
que se remontan en cielos
Entre brisas calidas tiernas…
con nubes de terciopelo.

Sueños con magia y brillo…
con fantasía y deseos…
Con palomas en galeras…
con conejos en sombreros.

Soñadores que sueñan…
con alcanzar el lucero…
Con poder tocar la luna…
y sacar el firmamento del cielo.

Sueños con rocío entre pétalos… s
ueños con olor a rosa…
Sueños con ruido de de grillos…
con alas de mariposa.

Niños que sueñan con murciélagos…
Son sueños oscuros con inocencia….
Con la inmensidad de la noche…
Son sueños negros… pero sin tormento.


No son solamente sueños…
¿Quién sabe?
También son realidad…
Solo depende de ti…
¡Nunca dejes de soñar!

ROMANTICISMO


UN SECRETO UNA MUERTE

Mi nombre es Jhon, y nunca creí que mi paso por la universidad sería poco gratificante. Por un momento llegue a pensar que era feliz. Tenía todo lo que me hacia subsistir en este mundo inicuo: una familia, buenos amigos, una reputación digna y regia en la sociedad, la posibilidad de estudiar en una de las mejores universidades y el amor profundo de mi dulce prometida, Emily
Parecía que los problemas no importaban, que la rutina era totalmente mágica y que sonreír no era una complicación. Pero aquí, es donde comienza mi trágica historia. Una historia que rompió con mis sueños y con las ansias de llegar a la cima del éxito.
Al comenzar mis estudios, mi rutina diaria no era nada fuera de lo común, hasta que me topé con el doctor Simona, quien estaría a cargo de las cátedras de física que yo tomaría a lo largo del año. Al cruzarme con el, me presenté y conversamos sobres mis expectativas respecto la materia. El doctor resulto se un ser bastante raro; y su mirada se perdía en un horizonte de pensamientos difuminados.
Pasaban las semanas cada vez mi entusiasmo por la física aumentaba, y una tarde tuve la ocurrencia de seguir al doctor Simons para hacerle un par de preguntas. Debo decir que fue una de mis peores ideas. Nunca debí seguirlo. Mi entusiasmo y mis ansias de saber cada vez más me llevaron al Laboratorio del doctor, en donde sufrí la impresión más grande de mi vida. Contra mi vista, chocaron las imágenes de cuerpos inertes y de monstruos encerrados en grandes tubos, esperando que llegue el día en el cual el doctor provocaría su nacimiento.
“¡dios de los santos cielos! ¿Qué hago yo precisamente aquí, en la cueva del diablo? ¡Quita esas imágenes de mi mente y aléjame del mismísimo terror que las mismas provocan!”. Dije para mis adentros.
Unos minutos mas tarde, Simons me encontró husmeando entre sus cosas, y con una navaja sobre mi cuello, me amenazo de forma vil y repugnante.-Tu curiosidad te ha dirigido por mal camino. Ahora es tarde para volver atrás. Deberás vivir guardando el secreto. ¡Mi secreto! una palbra de lo que has visto, significará para ti una desdichada muerte.
Aterrorizado, salí corriendo, y el cielo, totalmente nublado reflejó la angustias y el disgusto que yo sentía. No sabría si podría vivir así. La luna se burlaba de mí, y las estrellas no brillarían para mí. El reflejo de mis ser en el lago, no sería mas que el reflejo de una pena.
Me costo volver a estudiar, opero regrese y mi encuentro con el doctor no fue nada grato. Cuando estuvimos a solas me dijo que conocido a Emily, mi prometida y que piense dos veces antes de delatar sus proyectos, si la quería ver sana y salva.
Al parecer, yo no era el único que había descubierto los inventos de Simona. Un ex -asistente del mismo divulgó y delató al doctor; pero toda la culpa cayo sobre mi.
Aquel científico que me había una persona razonable, había resultado ser un loco frustrado.
Al enterarse de que el pueblo lo había descubierto se dirigió a casa de Emily y la asesinó. La buscamos por varios días, y por un momento no quise creer que estaba muerta; pero me dirigí completamente eufórico hacia el laboratorio de Simons y allí estaban. El doctor con un cuchillo el corazón y
Emily entre sus brazos, mostrando en su inerte rostro angustia y desdicha.
Hoy día, cuento esta historia, y puedo hacerlo sin derramar lágrimas. Pero el sol ha huido de mí y ya no alumbra mi senda. Las montañas son cada vez más enormes y entre ellas el eco de mi llanto abunda, llenando el vacío.

“Este dolor que me invadió
No tiene sentido,
Solo es el excedente, lo que quedó;
Y la ultima pena de mi corazón destruido.

Que nada es real,
Que los sueños no se cumplen,
Que no escucharías a mi voz sonar,
Que tus últimos besos en mi se sucumben…

No tiene sentido,
Y luego de razonar,
No puedo pedirte brillo, ni mágicos ríos
Si fui yo quien dejo de soñar.

¿De que vale pensar,
Si no te apareces?
¿De que vale creer que un día volverás,
Y vivir de una maldita ilusión que día a día crece?

Si este dolor que me invadió
No es más que la ultima pena de mi corazón destruido
No es más que el escaso excedente… lo que quedo…
Estarás convencido que no tiene ningún sentido.
fin

Con solo una lagrima

Con solo una lagrima



Ya era jueves, y por segunda vez en la semana, los niños insistieron a sus padres con volver a Comodoro Rivadavia.
-Vamos a ir en Diciembre-dijo el papá- pasaremos unas buenas vacaciones en Argentina, y luego estaremos listos para volver a Zaragoza. ¿Qué les parece?
Luchi, con tan solo ocho añitos, y Cris, que tenia doce, se miraron mutuamente.
-Es que yo creí que…- dijo Luchi a su mamá, un instante antes de que Cris lo interrumpiera y acotara:- Nosotros creímos que íbamos a volver a Comodoro. ¡Queremos ir ya, y no volver nuca mas a España!- insistió con tono caprichoso.
-Cris… vamos a ir de vacaciones a Chubut en diciembre. Visitamos a la abuela y a los tíos y volvemos en febrero. -interrumpió la madre- Les guste o no, el trabajo de su padre esta acá, y no podemos tirar todo por la borda de un momento para el otro. – agregó con tono autoritario.
-¡No es justo!...- dijo llorando Luchi - nos prometieron que íbamos a…- pero una sensación de dolor no lo dejo seguir.
-¡NADA!-dijo la madre- ¡se termino el tema! Vayan a estudiar, que dentro de un rato viene Josefa, y mas vale que se porten bien.
Luchi tenía razón, y eso le molestaba mucho a la mama. Le habían prometido volver a su país y quedarse para siempre, pero los planes no resultaron como esperaban. El regreso definitivo a la Argentina sería dentro de incontables años, o mucho más probable, nunca. Los niños, extrañaban demasiado el mar, el viento y los barriletes de papel que remontaban en la playa. Pero no había vuelta atrás; ya que Imágenes latentes del Pico Salamanca y El Faro San Jorge, serían con el tiempo solo recuerdos lejanos.
Cris, resignado buscó los libros de matemáticas y se sumergió entre símbolos, cifras y ecuaciones. Pero todo carecía de sentido para el, ya que el mundo de los números le resultaba tan irritante como la idea de su madre de quedarse para siempre en Zaragoza.
Esa tarde, la mama se ocupó de ir a pagar los impuestos; Y Josefa, la niñera, llegó a casa para cuidarlos. Ese día no se escucharon más que sevillanas, Y los niños no tuvieron mas remedio que escuchar como Josefa les leía El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. En ese momento, sintieron como la eternidad de una pena nacía en ellos. Pero, fue enorme el alivio al ver que Josefa había quedado dormida en el sofá, y que la esa lectura larga había terminado.
Aprovechando la situación, los pequeños se miraron con complicidad y corrieron a buscar un libro que habían escondido abajo de la cama.”Un viaje al fin del mundo”, decía la tapa de aquel libro mágico. Comenzaron a mirar cada página y a disfrutar de cada imagen. Añoraban el paisaje patagónico definido por cumbres abruptas, por lagos, glaciares, y por aquel suelo árido colmado de coirones.
De pronto, la imagen de un océano llamó la atención de Luchi, y de sus ojos una lagrima cayó sobre las páginas del libro. Un temblor sacudió la casa, y de un momento para el otro, los traviesos se hallaban frente al mar, en una playa enmarcada por tamariscos y médanos.
Elefantes marinos, cantaban una canción de bienvenida a sus visitantes y agitaban la cola invitándolos a jugar entre las piedras. Gaviotas cocineras, revoloteaban en el lugar, y se unían al canto de salutación. Mientras tanto, los niños sentían la eternidad del viento, y navegaban en el lomo de una ballena franca, la cual los llevaba de un lado a otro surcando las olas.
Al volver a la orilla, ambos hermanitos sonrieron, ya que habían logrado lo que tanto anhelaban. Aunque no querían volver, el tiempo aun existía y, corría demasiado rápido. Al ver que ya había oscurecido, consideraron que era hora de regresar. Tomaron de la orilla un par de caracoles, y abrieron el libro en la última página, la cual tenía fotografías de Zaragoza, España. Dejaron caer otra lágrima sobre el libro, y al instante, broto de la arena una enorme Encina. Desde el cielo, oyeron los pasos de su niñera, que ya había despertado, y empezaron a trepar por las ramas del árbol que parecía no tener fin.
Luego de tanto trepar, llegaron a su casa con el cabello revuelto, con la piel salada y con las zapatillas rellenas de arena. La tarde, se les había ido navegando y explorando dentro de aquel libro, por que, gracias a una lágrima, habían descubierto la forma de volver su tierra, a pesar de que su madre se los había negado firmemente.
Tanta aventura, los había dejado exhaustos. Dejaron el libro sobre la mesa de luz y procedieron a dormirse, cuando Josefa, entro al cuarto, y los encontró dormitando abrazados a un oso de peluche.
Antes de marcharse, la niñera, tuvo que fregar el piso, pues vio, como de un libro caía un chorro de agua marina con arena y cornalitos, que inundaba toda la habitación. Luego de eso, su trabajo había terminado por hoy. Y aunque Cris y Luchi sabían que Josefa volvería, esa noche durmieron con una sonrisa de oreja a oreja. Alegres, por que ambos habían jurado volver al libro, y no regresar a España nunca más.
Fin